Por fin después de un duro viaje, Alcasman se encontraba delante de las grandes puertas de la Abadía de Vallbona de les Monges. Trás un momento de respiro y haber cogido un poco de aire se dispuso a llamar a la puerta.
Segundos después de tocar la campana, oyó el chirriar de los herrajes y el crujir de la madera de las grandes puertas, trás de ellas aparecio una pequeña figura en comparacion con las enormes puertas, era su gran amigo de Tortosa Griko.
Hola mi buen amigo Giko! ya estoy aquí!
Alcasman se fundio en un abrazo con Griko