Jonathan, después de un largo viaje de Italia, caminaba lentamente en la dirección de la abadía de Vallbona, observando y admirando el paisaje en el camino y pensando en su futuro y demás, como cada vez que caminaba algunos distancia "larga".
Llegó a la puerta de la abadía de Vallbona, llega en este lugar, quedó impresionado por la belleza de la abadía y sus posesiones.
Después de haber contemplado aquel lugar decidido llamar a la puerta y quedó en espera que algún monje viniera a abrir.