El futuro Seminarista Griko venia desde el pueblo de Tortosa; el, pensaba que el camino se le iba a hacer más duro, pero sucedió todo lo contrario, llego muy rápido, estaba impaciente por entrar en la abadía y más aún por estudiar en ella y ser un hombre de bien para ayudar a todo el pueblo.
Mientras caminaba por el camino, al fondo pudo divisar la Abadia. Era más magestuosa de lo que penso y incremento si cabe el paso. Ya llegaría a su fin.
Cuando estubo delante de la puerta no lo dudo ni un instante. Toco la campanilla de entrada y dijo: Me llamo Griko vengo desde Tortosa para ingresar en el Seminario de la Abadia.