Tras un camino hecho con paz y meditación, he llegado por fin a las puertas de Vallbona. Por fin puedo tener la oportunidad de acceder a la sabiduria de Aristòteles, nunca hasta ahora me habia sentido tan, físicamente, cercano a sus conocimientos. Y aún diciendo más: espiritualmente me siento ansioso y a la vez gozoso de pisar este monasterio entre cuyas paredes, devotamente esculpidas, residen tantos hijos de Dios necesitados de mi misma espiritualidad.
Por esto me he acercado a vuestras puertas solicitando vuestra hospitalidad y, en cuanto fuera posible y si soy considerado apto para ello, ser bautizado como hijo de Dios.
Por mi parte haré cuanto se me pida, para un dia, Dios mediante, llegar a ser monje en mi querida ciudad, Vic.
En espera de vuestra hospitalidad, os saluda atentamente un servidor vuestro,
Cucot
Fuster de Vic