Xiki d'Entença llegó delante de las puertas de la abadía. Llamó a la puerta, y una voz de dentro, la voz del portero, le preguntó quien era.
Buenas tardes nos de el Altissimo, Hermano portero. Acabo de llegar a la Abadia lleno de emoción, me llamo Xiki d'Entença, de la ciudad de Puigcerdà.
Es un placer inmenso llegar a estas puertas, un pequeño sueño, convertido ahora en una gran realidad. Espero encontrar la iluminación de la amistad y del conocimiento entre todos vosotros.
Xiki esperó la respuesta del portero.