Tanys Admin
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| Tema: Carta de Caridad - Valores Cistercienses Miér Sep 24, 2008 9:03 am | |
| - Citación :
- Abadía Cisterciense Saint-Arnvald de Noirlac
Ducado de Berry, Francia
CARTA DE CARIDAD o Carta Caritatis
“Separados por el cuerpo en las distintas partes del mundo, que por el alma estén indisolublemente unidos. Viviendo en la misma Regla, con los mismos hábitos.” es la divisa de la orden de Cisterciense (también llamada “Ordo Cisterciensis”).
I. Preámbulo y los 4 Santos Fundadores:
- 1. La presente “Carta de la Caridad” y la “Carta de Saint Étienne de Harding”, entre la abadía cisterciense madre de San Arnvald y sus abadías cistercienses hijas, son los documentos jurídicos cistercienses por excelencia: definen la constitución de la orden en el aspecto jurídico. Fueron originariamente redactadas por el propio Saint Étienne de Harding, tercer abad de Cîteaux, en 1098. Saint Étienne de Harding, queriendo garantizar la paz mutua, redactó estas dos cartas y las transmitió a sus sucesores con el fin de unir de manera indisoluble a los monjes cistercienses dispersos en las distintas Abadías.
- 2. Dados sus profundos conocimientos indirectos sobre la Ley Divina otorgada por la Tabla de Oane, Benito, Santo Patrón de las Órdenes Religiosas Romanas, redactor de los doce preceptos y de la Regla de San Benito, tuvo una gran influencia a nivel organizativo sobre la Orden Cisterciense. La Regla de San Benito tiene valor de ejemplo moral, pero no es una norma obligatoria.
- 3. La influencia de los Cistercienses alcanzó su máximo esplendor en el siglo XII, gracias al carisma de Saint Bernard de La Bussière. Su fuerte personalidad contribuyó enormemente al extraordinario desarrollo del Orden. Místico, doctor de la Iglesia, hombre de Dios y hombre de política, Saint Bernard de La Bussière escribió “la conciencia de su siglo”. Se convirtió en el Santo Patrón de los cruzados y de los caballeros de Dios.
- 4. El siglo XV es un desastre para la Orden Cisterciense, amenazada con su desaparición: guerra con los Ingleses, peste, la pérdida de las normas e incuria. Cîteaux y varias de las principales Abadías cistercienses desaparecen. El veintiuno de mayo del año MCDI, en Berry, la Abadía de Noirlac es elevada a la dignidad de Abadía Madre de la Ordenen, como fundadora y salvadora de la misma. Santo Arnvald fue entonces nombrado rector de la Ordo Cisterciensis. Es Santo Patrón de los magistrados, de los abogados y acusados (Justicia), de los periodistas (Verdad) y de los caballeros (Integridad); pero sobre todo principal Santo Patrón de los cistercienses.
II. Los valores cistercienses
- 1. La Fe es el primer valor primordial, ya que el compromiso con la orden es sobre todo religioso. Los cistercienses deben respetar el Dogma Aristotélico, el Derecho Canónico y la jerarquía de la Santa Iglesia Universal Aristotélica Romana para evitar caer en la heterodoxia. Las relaciones armoniosas con otros miembros de nuestro clero y el respeto de los superiores eclesiásticos son fundamentales.
- 2. La Caridad es el segundo valor primordial cisterciense, por otra parte también recogido en el título de su texto fundador: la Carta de la Caridad. El egoísmo loco y la búsqueda únicamente del beneficio deben rechazarse. La caridad es manifestación de la amistad aristotélica. Es la facultad de preocuparse de la suerte de otros. Es empatía, ayuda mutua desinteresada, reciprocidad en las relaciones interpersonales, amor al próximo. Cada uno actúa en este ámbito en su alma y conciencia.
- 3. La Ejemplaridad, basada en los modelos otorgados por los santos fundadores y sus sucesores, es el tercero de los valores primordiales. El hermano cisterciense está sujeto al respeto de un determinado código de honor implícito. Se siente en el deber de ser un ejemplo para los fieles. Este deber de ejemplaridad pasa, en particular, por el respeto de los otros, de las leyes justas y de los votos pronunciados. Esta búsqueda de perfección e integridad es reforzada por el tríptico de Santo Arnvald que enuncia la búsqueda de Justicia, Verdad e Integridad.
III. Los 12 preceptos de San Benito
- Los 12 preceptos de San Benito, destinados a mejorar la vida de la ciudad, son igualmente mandatos relevantes para la Orden Cisterciense:
1. Un único Dios adorarás y amarás perfectamente. 2. Su Santo Nombre respetarás, huyendo de blasfemias y falsos juramentos. 3. El domingo guardarás, sirviendo a Dios devotamente. 4. A tu padre y madre honrarás, a tus superiores igualmente. 5. Asesinato y escándalo evitarás, odio y cólera igualmente. 6. La pureza observarás, en tus actos cuidadosamente. 7. El bien de otro no tomarás, ni retendrás injustamente. 8. La calumnia desterrarás, y la mentira igualmente. 9. En pensamientos y deseos velarás, porque sigan siendo puros. 10. El bien de otros no desearás ni codiciarás. 11. Fe y Razón te guiarán simultáneamente. 12. Sólo a Aristóteles y Christos loarás, evitando falsos profetas.
VI. Organización de la Orden:
- 1. El rector cisterciense es la mayor autoridad en Orden Cisterciense. Es el Abad Res Parendo de la abadía de Saint Arnvald de Noirlac. Él es considerado canónicamente como un obispo a cargo de los miembros de su Orden, diócesis ficticia.
- 2. El Abad de la Orden es un cargo vitalicio y debe ser inevitablemente un cisterciense afiliado a la abadía de Saint Arnvald de Noirlac. En caso de dimisión o muerte reconocida del Abad de la abadía de Saint Arnvald de Noirlac, el Gran Prior cisterciense es el primer candidato para sucederlo. Si el Gran Prior cisterciense renuncia o se encuentra ausente de manera prolongada, el capítulo de la Abadía Saint Arnvald de Noirlac designada un candidato. A continuación, el candidato oficial debe ser aprobado formalmente por el Sínodo Internacional Cisterciense.
- 3. El Gran Prior cisterciense es el brazo derecho del Abad de la abadía de Saint Arnvald de Noirlac en todas las materias. Comparte, por delegación canónica de poder, la autoridad y las capacidades del Abad de la abadía de Saint Arnvald de Noirlac, al que puede sustituir en caso de necesidad. Es nombrado por el Abad de la abadía de Saint Arnvald de Noirlac y debe necesariamente ser un cisterciense afiliado a la Abadía Santo Arnvald de Noirlac.
- 4. La presente carta puede ser modificada bajo proposición del Abad de la abadía de Saint Arnvald de Noirlac y aprobada por el Sínodo Internacional Cisterciense.
IV. Ordenación de un cisterciense
- 1. La ordenación de un cisterciense se hace en una ceremonia religiosa al final del noviciado, y es celebrada por el abad, el prior o un cisterciense delegado por el capítulo para dicho acometido. El aspirante deberá hacer tres promesas y pronunciar el juramento.
- 2. Promesa de Estabilidad: Por este deseo de estabilidad en mi comunidad, yo, futuro cisterciense, confiando en la Providencia de Dios que me llamó a este lugar y a este grupo de hermanos y hermanas, me comprometo a emplear con constancia, en la duración, los instrumentos del arte espiritual.
- 3. Promesa de Conversión de Vida: Por este deseo de conversión de vida, yo, futuro cisterciense, buscando al Altísimo en la simplicidad de su corazón, bajo la conducta de la Vita de Christos y el Libro de las Virtudes, me comprometo a la disciplina cisterciense.
- 4. Promesa de Obediencia: Por este deseo de obediencia, yo, futuro cisterciense, aspirando a vivir bajo la regla y la autoridad del abad, prometo realizar todo lo que los legítimos superiores pidan de acuerdo con las cartas y tradiciones cistercienses. Renunciando así a mi voluntad propia, sigo el ejemplo de Christos obedeciendo hasta la muerte y me comprometo en la escuela del servicio del Altísimo.
- 5. Juramento cisterciense: “Hago el juramento ante Aristóteles y sobre las Sagradas Escrituras de actuar siempre primeramente en interés de la Orden Cisterciense y de la Iglesia Aristotélica, Apostólica y Romana. Me comprometo a respetar las siguientes promesas (mencionarlas según el estatuto monje u oblato). Por la gracia de Saint Bernard, me reconozco sujeto a la jerarquía, a las obligaciones y a los valores instaurados por las dos cartas cistercienses redactadas por Saint Étienne. Hago el juramento ante Christos y sobre las Sagradas Escrituras de servir siempre en primer lugar al Papa de Roma, al rector cisterciense y a sus representantes oficiales. Por ello reconozco como subordinados al presente juramento mis otras lealtades, homenajes y obligaciones. Y hago el juramento ante San Arnvald y sobre las Sagradas Escrituras de respetar el presente juramento hasta la muerte (monje) o hasta el día en que me vea librado de mi cargo (oblato).
V. Organización de una abadía
- 1. El abad es un sacerdote y constituye la autoridad superior de la abadía (madre o hija). Él preside el capítulo general de la abadía en cuestión.
- 2. El prior es también un sacerdote y es el segundo del abad, del que es el adjunto, y puede sustituirlo en todo en caso de necesidad. Es copresidente del capítulo de la abadía en cuestión.
- 3. Los otros dignatarios forman parte del Capítulo General, instancia dirigente de la Abadía de la que son miembros y que trabajan bajo la autoridad y en coordinación con su abad.
- 4. El procedimiento de designación del abad, del prior y de los otros dignatarios dependen del procedimiento definido por la abadía en cuestión.
- 5. El estatuto de “monje” es el tradicional cisterciense: Pronuncia las promesas de obediencia, humildad, caridad, pacifismo (no portar armas) y castidad. Puede seguir teniendo una actividad secular extramuros si mantiene un fuerte vínculo con la vida regular intramuros.
- 6. El estatuto de “oblato” permite a un fiel, a pesar de todo, implicarse en la Orden sólo pronunciando las promesas menores: obediencia y caridad. El oblato puede casarse, fundar a una familia y tener una actividad externa. La tenencia de armas del oblato se somete al acuerdo previo detallado con el abad, dentro del límite más estricto de la legítima defensa y del respeto del Derecho Canónico.
- 7. El novicio es el candidato cisterciense que aún no pronunció sus promesas. Podrá convertirse en miembro de pleno derecho de la Orden una vez haber seguido una formación teológica, haberse bautizado y haber celebrado su ceremonia de ordenación (véase más arriba).
- 8. Todo cisterciense debe expresar sus deseos ante el Capítulo General de su abadía antes de abandonar la Orden de manera definitiva.
VI. Organización específica de la Abadía de Saint Arnvald de Noirlac
- 1. Los nombramientos y revocaciones de puestos, cargos y atribuciones internas están únicamente bajo la autoridad del Rector, del Gran Prior en su ausencia o por delegación de poder a todo cisterciense previamente designado.
- 2. El rector tiene libertad absoluta para revocar, sancionar, suspender o incluso sermonear un cisterciense de la Abadía.
- 3. Las otras modalidades de funcionamiento son decretadas por el Capítulo de la Abadía en un Reglamento titulado “Charges et dignitaires de l'abbaye”.
In Nomine Cistercium Mater Nostra, por la gracia de Aristóteles y de Christos, que la Fe y la Razón os guíen y que San Arnvald el justiciero os proteja. Saludos lúdicos y bendiciones aristotélicas.
Firmado y sellado en el día 16 de junio de 1457, por mí, Monseigneur Frère Roger, en el seno de la Abadía cisterciense de Saint Arnvald de Noirlac.
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