Llegada de la Diaconisa de Tarragona.

La diaconisa partió de Tarragona rumbo a la abadía cisterciense, tras largos días de viaje a lomos de su ya viejo caballo llegó al fin.

Como pudo, su cuerpo acalambrado y algo engomado por la postura del trayeto, bajo del caballo y alisándose las ropas se acercó lentamente a aquel enorme portón.

- Toc, Toc... - golpeó con sus nudillos la vieja madera.

Y dando unos pasos hacia atrás quedó a la espera contemplando los muros.

La diaconisa esperó y esperó mientras pensaba quién podía haber construido esa gran obra. Realmente no tenía otra cosa que pensar entonces se entretenía con aquello.

De pronto escuchó el chirriar de la pesada gran puerta dejando entrever la figura de un clérigo de avanzada edad.

- ¿Quién es el osado viajero que solicita asilo en entre estos muros?

Al escuchar la pregunta, sus ojos se volvieron como platos. ¿Osada? Siempre lo habia sido un poco, si. Pero nunca la habia recibido así.

- Esto... emmm.. Buenos días nos dé el Altísimo, hermano.. - dijo dubitativa, no sabia quien era aquel hombre. - Soy la Diaconisa de Tarragona, la hermana Xurri. - dicho esto, guardó silencio. El hombre que tenia enfrente le producía una sensación de...

La diaconisa aun sin saber quien era aquel clérigo, caminó junto a él por los largos pasillos mientras pensaba un sinfín de cosas...

- ¿Quién será el portero? Sus ropas no dicen nada.. Bueno sí.. que necesita un cambio y que le recojan el vuelto de esa sotana que anda pisándosela... Diácono no puede ser, porque sino tendría mujer, digo yo, y llevaría las sotanas impecables.. ¿Sacerdote de pueblo? quizás.. pero... pero... pero.. ¿Y ese anillo? ... - la cara de la de Urgel se descompuso. - No puede ser, no.. un alto cargo, no... abriendo las puertas.. no.. Seguramente aprovechó que algún obispo dormía para cogerlo prestado, será su sueño llegar un día a ser obispo .. o quizás primado, nunca se sabe.. las aspiraciones, son aspiraciones... - pensaba y pensaba, casi le salia humo del tiesto. - Al menos se hubiera presentado.. y no me tendría aquí pensando tanto... - musitó.