[Rp] Llegada del Marqués.

Mucho había pasado desde que el Armiño abandonase Vallbona de les Monges sin lograr su objetivo de obtener el hábito blanco del Císter. Mucho había llovido desde entonces, y poco a poco, el joven había ido dejando cada vez más de lado las ideas que en su día le llevaron al clero regular y a la propia Compañía de Aristóteles. Sin embargo, Astaroth jamás había olvidado aquel lugar, en clavado en los Pirineos, en los dominios del viejo Conde de Urgell. Y, si bien no como clérigo, había otros modos en los que un hombre puede colaborar con una Orden.

Un puño golpeó con fuerza las puertas de la Abadía. Bajo la capucha que le protegá de la lluvia, unos finos labios sonreían.

No pudo esconder la sorna de su voz.

Vengo de parte del Rey, se ha declarado una guerra y debo llevaros de las orejas, si es necesario, de vuelta a Toledo.

Rió entre dientes.

Vengo a ser generoso, maese Carolum. Y, para ello, ¿qué mejor que obsequiar a la comunidad con mi entrañable presencia? Mucho hace que abandoné estos muros, y tengo...curiosidad.

Entró por la puerta, pero se quedó allí, hablando con el Cardenal.

Decidme, ¿han elegido ya los hermanos al Abad?